Las palabras escritas en un texto refieren a cosas del mundo. Es posible escribir «la vaca pastaba tranquilamente en la pradera» y recorrer algunos kilómetros hacia las afueras de una ciudad y encontrar una escena que ilustre dicha frase. Si un chino lee la misma frase, no reconocerá las letras, ni tendrá la más pálida idea de cómo pronunciar las palabras, y menos aún entenderá su significado.
En una partitura, en vez de palabras, hay notas musicales. Para quien ignora el lenguaje musical, solo son puntos y líneas sin sentido. En cambio, para un músico, sea francés, chino o colombiano, esos puntitos negros colocados en un pentagrama son música que puede leer, escuchar en su interior y eventualmente reproducir valiéndose de uno o varios instrumentos. La música es lenguaje universal de los hombres.
Un músico es un artista capaz de transformar emociones, imágenes, ideas, en composiciones musicales. Sabe manejar los tonos para transmitir la tristeza de un desamor o la euforia de una victoria. La visión de un campo vacío a la hora del atardecer puede transformarse en un ritmo lejano, lento, que terminará convirtiéndose en una canción.
El músico trabaja con la melodía, la armonía y el ritmo y tiene a sus disposición cientos de instrumentos musicales: de cuerdas, de viento, de percusión. Virtualmente cualquier cosa que suene puede transformarse en un instrumento. Les Luthiers, un grupo de músicos argentinos, inventó infinidad de instrumentos curiosos, como la mandocleta, una bicicleta cuya rueda trasera mueve las cuerdas de una mandolina, o el lirodoro, una mezcla entre una lira y una tapa de inodoro.
En 1977 dos sondas espaciales partieron hacia el cosmos llevando consigo un mensaje dirigido a posibles civilizaciones extraterrestres. Un grupo de científicos liderados por el célebre astrónomo Carl Sagan fueron los responsables de seleccionar el contenido de esa botella que se arrojaba al mar del universo. En un disco de 90 minutos, diseñado para durar mil millones de años, fueron grabadas imágenes de una pareja de humanos, paisajes de la Tierra, diagramas que explican el funcionamiento de nuestro organismo, saludos en 59 idiomas y, entre otras cosas, una selección de piezas musicales.
Obras de Bach, Beethoven, una antiquísima composición japonesa y un rock and roll son parte de las obras que aún viajan más allá del Sistema Solar y que tal vez algún día llegarán a oídos realmente lejanos; entonces podremos decir, con satisfacción, que la música es la lengua universal de los hombres y de todos los habitantes de la Vía Láctea.