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Un río de libertad 1983 / Uruguay

Ficha

Desde el inicio de la década de 1980 el debilitamiento de la dictadura fue evidente. El triunfo del no en el plebiscito de 1980, las negociaciones con los partidos políticos y las elecciones internas de 1982 fueron la antesala de la democracia. Se comenzó a opinar con mayor libertad, pero lo que marcó la diferencia y destapó los sentimientos escondidos de una ciudadanía censurada durante años fue la gran manifestación que tuvo lugar el 27 de noviembre de 1983 frente al Obelisco de Montevideo.

En el acto del Obelisco se reunieron organizaciones políticas y sociales que estaban ilegalizadas por la dictadura y personas de todas las ideologías y religiones. Podían verse diferentes pancartas y banderas, sonaban de fondo las canciones prohibidas, la gente cantaba y hablaba en contra de la dictadura. Después de muchos años, el pueblo se animaba a decir sin miedo lo que pensaba. Fue la movilización popular más grande de la historia del país hasta ese momento. Se calcula que asistieron unas 400.000 personas. La multitud agolpada en la calle, rodeada por los árboles de la avenida Bulevar Artigas, asemejaba la imagen de un río de gente; por eso este encuentro es conocido como río de libertad.

En el estrado había representantes de todos los partidos políticos y organizaciones sociales y religiosas aunados en un mismo deseo de libertad: «Por un Uruguay sin exclusiones».

Ese día, en nombre del pueblo, la voz del actor de la Comedia Nacional Alberto Candeau resonaba con fuerza: «¡Compatriotas!: […] proclamemos bien alto y todos juntos, para que nuestro grito rasgue el firmamento y resuene de un confín a otro del terruño, de modo que ningún sordo de esos que no quiere oír diga que no lo escuchó: ¡Viva la patria! ¡Viva la libertad! ¡Viva la república! ¡Viva la democracia!». A partir de este hecho, la salida democrática fue cuestión de poco tiempo. Las negociaciones entre militares y políticos se aceleraron y también se sumaron dirigentes de izquierda que habían sido liberados de la cárcel o que volvieron del exilio. Fue el caso del presidente del Frente Amplio, el general Líber Seregni, que días después de ser liberado de la cárcel se sentó a negociar la salida democrática con aquellos que lo habían mantenido en prisión por más de doce años.