En 1969, como resultado de los avances de la carrera espacial, estadounidenses y soviéticos estaban cerca de conseguir el gran objetivo: llevar hombres a la Luna. Finalmente, el 16 julio de ese año, Estados Unidos lanzó su trasbordador Apolo 11. Cinco días después, los astronautas Neil Armstrong y Buzz Aldrin caminaron sobre la superficie lunar. Millones de personas se maravillaron viendo por televisión las imágenes de estos dos hombres dando saltos a casi 400.000 kilómetros de la Tierra.

 

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A fines de la década de 1960, la carrera espacial entre la Unión Soviética y Estados Unidos había entrado en una etapa decisiva. La experiencia recogida a lo largo de más de diez años de pruebas, fracasos y éxitos hacía que el objetivo de que un hombre llegara a caminar en la Luna estuviera cada vez más cerca de realizarse.

La mañana del 16 de julio de 1969 todo estaba listo en la plataforma de despegue. La cuenta regresiva terminaba y desde la torre de control llegaba la orden de encender la propulsión del cohete Saturno 5 que llevaría al trasbordador Apolo 11 fuera de la atmósfera terrestre. Unos segundos después, 3.500 toneladas de metal se elevaron hacia el cielo y el viaje comenzaba.

Luego de tres días en el espacio ajustando los instrumentos, los astronautas Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins pusieron rumbo a la Luna. Una vez en la órbita del satélite, Armstrong y Aldrin abordaron el pequeño módulo lunar. Collins  permanecía en la cápsula. Desde la Tierra llegaba la orden de descender. Dos minutos antes de hacer contacto con la superficie lunar, la computadora del módulo falló. Armstrong tuvo hacerse cargo del descenso y lo consiguió.

Más de seis horas después de haber alunizado, todo estaba listo para que los astronautas salieran del módulo y pisaran el suelo lunar. El primero en bajar fue Armstrong. La cámara de televisión del módulo trasmitió la imagen a todo el mundo. Sus pies se apoyaron en la Luna y dejaron huellas nítidas en la fina arena. Este es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad, dijo. Minutos después, Aldrin descendió y juntos colocaron una bandera estadounidense. El 21 de julio de 1969, la carrera espacial tenía sus vencedores.