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Las nuevas ciudades Siglos XIX y XX / Europa y Estados Unidos

Ficha

Las ciudades del siglo XIX reflejaron los cambios económicos, políticos y sociales de los países industrializados. Una de sus principales características fue la separación entre los barrios de los burgueses ricos y los barrios de los obreros. Los burgueses vivían en el centro de la ciudad y los obreros lo hacían en las afueras, cerca de las fábricas en las que trabajaban. La aparición de las fábricas fue uno de los grandes cambios en el aspecto y modo de funcionar de las ciudades del siglo XIX.

Los cambios en los sistemas de producción transformaron las viejas ciudades europeas. A medida que más personas se trasladaban del campo para vivir y trabajar en ellas, se fueron creando barrios de obreros alrededor de las fábricas. La producción de esas fábricas tenía que ser transportada hacia los puertos y la materia prima debía ser llevada a ellas desde las zonas agrícolas, por lo que se construyeron grandes avenidas, carreteras y vías de tren. El centro de la ciudad se volvió el lugar del entretenimiento, con la creación de comercios, cafés, bares y teatros a los que asistían sobre todo los burgueses.

Las ciudades se hicieron más complejas y su crecimiento debió planificarse. Esta tarea fue realizada por ingenieros, arquitectos y urbanistas que pensaban en los cambios necesarios para hacer de la ciudad un lugar donde sus habitantes pudieran vivir mejor.

La aparición de los grandes edificios se dio en el último cuarto del siglo XIX. Las ciudades que hasta entonces se habían expandido en sentido horizontal comenzaron a crecer hacia arriba. Esto fue posible gracias al avance técnico que permitió dominar nuevos materiales de construcción, más fuertes, resistentes y livianos, como el acero y el cemento. Estados Unidos fue el primer país en construir edificios de muchos pisos de altura.

En 1871 la ciudad de Chicago fue consumida por un gran incendio. Chicago era una ciudad construida casi totalmente de madera, por eso el fuego la destruyó por completo. La necesidad de reconstruirla rápidamente hizo que arquitectos de muchas partes del mundo llegaran para proyectar allí las obras que la convertirían en un modelo de la arquitectura moderna. Allí se levantaron los primeros grandes edificios, conocidos como rascacielos, más altos que todos los construidos hasta ese momento.